«No hay límites de tiempo estipulados para superar todas las etapas de afrontar la enfermedad desde que llegó a nuestras vidas. Este tiempo es diferente en cada persona, en ese recorrido las emociones que nos provoca la enfermedad estarán a flor de piel en cada una de las fases del proceso de afrontar la enfermedad. Tenemos que saber que aunque el tratamiento nos vaya bien, es normal estar triste o preocupado de vez en cuando, cuando los síntomas se incrementan o se nos presente una crisis. Pero si reconocemos esas emociones y las aceptamos como tal cuando se manifiestan, sin duda estamos encaminados al objetivo personal de afrontar la enfermedad, que es el primer paso para lograr recuperar gran parte de la calidad de vida perdida»
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