» En definitiva, y a la luz de las nuevas evidencias, puede concluirse que el impacto del pie en el suelo mientras se camina envía ondas de presión a través de las arterias que aumentan de forma muy significativa el aporte de sangre al cerebro.
Tal es así que quien mueve las piernas no mueve solo el corazón, sino que también ayuda a que su cerebro tenga un mayor aporte de sangre. Un aspecto crucial dado que los problemas en el riego sanguíneo cerebral son muy graves y, en un gran número de casos, fatales. »
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