
«Las investigaciones en neurociencias son contundentes: el estrés, en sus diferentes variantes de intensidad y duración, produce daños en el cerebro. Algunos son reversibles, si se realiza un profundo cambio en la forma de pensar y el estilo de vida. Otros pueden ser muy graves, como el caso de la muerte neuronal y los accidentes cerebrovasculares.
La buena noticia es que el estrés se puede contrarrestar. Aquí, algunas estrategias »
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