No te prives de la sensación de abrazar y ser abrazado. Práctica. El abrazo crea adicción.
«El abrazo sincero, el abrazo dado en medio del dolor (como en medio del placer) implica comunión, permite hacer la experiencia de romper la burbuja dentro de la cual nos podemos esconder o aislar.
El abrazo auténtico, el que no deja “agujeros” entre uno y otro porque aprieta al darse, el que no se da al aire, recoge la fragilidad, disminuye la virulencia de muchas situaciones de sufrimiento, mata la soledad que mata, sostiene en la debilidad, rompe la distancia que duele allá en el corazón, libera, ensancha.»
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