
» Cuando apretamos las zonas del torso de nuestro cuerpo, los grupos de nervios de esas zonas envían una señal masiva para la liberación de endorfinas, tal y como los masajes de aseo crean esa respuesta en monos y gorilas. Cualquier tipo de mimos, abrazos y caricias es el equivalente humano de esos masajes ya que están diseñados para mantener nuestro tejido de relaciones sociales sano. Estamos diseñados para sentirnos bien cuando alguien nos toca.»
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