La fibrosis quística es una enfermedad crónica y degenerativa que afecta principalmente a los sistemas respiratorio y digestivo y que padece uno de cada 5.000 españoles. Una patología genética –y, por tanto, hereditaria– que da lugar al desarrollo de infecciones persistentes en los pulmones y que limita de forma muy significativa la capacidad respiratoria de los pacientes. Y una enfermedad para la que, aún a día de hoy, no existe cura. De hecho, y a pesar de los avances logrados en las últimas décadas en su abordaje, la esperanza de vida de los afectados se establece en torno a los 35 años. De ahí la importancia de un estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad George Washington en Washington DC (EE.UU.), en el que se describe un tratamiento experimental que, sin necesidad de combinación con otras terapias, es capaz de detener la progresión de esta devastadora enfermedad.
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