» En los supuestos que razón y emoción no van juntas, el afectado se sitúa en una situación de estrés y sus glándulas liberan cortisol, la conocida como «hormona del estrés», que daña el corazón, el cerebro y los sistemas circulatorio e inmunológico generando, entre otros síntomas, falta de sentido del humor, irritabilidad constante, sentimientos de ira y ganas de llorar.
«¿Cómo se soluciona esta situación? Sincronizando razón y emoción», ha asegurado el catedrático de la Universidad de Barcelona, quien aconseja buscar una explicación lógica para acoplar emoción y razón y poner así fin al estrés. »
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